Deambular por calles inexactas
esperando hallar la chispa que provoque
el comienzo del ciclo,
la amnesia parcial,
la burbuja de felicidad
que esconde la trampa.
Llamar a postigos cerrados hace tiempo,
intentar forzar cerraduras oxidadas.
Apelar al pasado de los jardines
y la memoria de los árboles.
Todo en vano.
Es tarde para volver a lo que
dejó de existir.
Pero uno se siente especial
luchando por una utopía.
Por una mentira.
Llamar de nuevo a tu puerta
para dejar en tu felpudo
las sombras de aquellos poemas
que una vez tuvieron sentido.
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